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Diaguitas

Según dicen los que saben, fueron los incas del Perú quienes llamaron " diaguitas" es decir “serranos “ a la mayoría de los indígenas del Noroeste argentino. Y "serranos" fue un buen nombre, porque eran gente de las sierras y las montañas de los valles y quebradas.

El territorio diaguita era muy grande, abarcaba las provincias de Jujuy y Salta, el Este de Catamarca, el Oeste de Tucumán y toda la Rioja. Zonas de poca lluvia.

Había verdaderos pueblos fortificados, en quechua llamados pucará. Las casas tenían varias piezas comunicadas entre si y probablemente las usaban lo que los antropólogos llaman ''familias extensas'', es decir, no sólo parentelas enteras. Eran de pirca, o sea paredes de piedra irregulares, muchas veces con el piso escavado por de bajo de la calle. Las paredes eran muchas veces dobles y rellena con pedregullo.


 

Alguna crónica española nos dice que los hombres se casaban relativamente grandes y también que había algunos casamientos poligámicos, es decir de un varón con varias esposas, generalmente hermanas, aunque no sabemos si esto pasaba muy seguido. Los novios que se casaban podían ser los dos del mismo pueblo o no. En este último caso el hombre iba a vivir al pueblo de su mujer salvo que fuera un cacique, entonces se quedaba en el suyo o hubiera sido que se casara gente de distintos pueblos, esto era usual y habla de la gran relación que habían entre los diferentes grupos diaguitas. Esto era especialmente importante cuando el casamiento se hacía entre familias de caciques.

Con lana de llama, alpaca y vicuña, las mujeres tejían telas de telar para hacer la ropa. Hombres y mujeres llevaban una túnica con colores naturales de lana: tostado, beige, blanco o amarillento, a veces con dibujos geométricos en el cuello y los bordes. Si hacía frío se ponían una manta sobre los hombros. En los pies ojotas o sandalias.

Se ponían adornos: collares de caracoles y de cuentas de huesos o de turquesas y otras piedras preciosas y aros de hueso, todos usaban el pelo largo. Las mujeres se hacían una buena variedad de peinados aunque lo más común era usar raya al medio y dos trenzas o dos colitas. Los hombres para la guerra usaban vinchas con grandes plumas.

 

 

Cada pueblo tenía un cacique. Los caciques eran líderes políticos y guerreros, hombres de gran prestigio que llegaban al cargo por herencia o por virtudes.

 

 

Lluvias y soles

 

Tener que comer era una de las preocupaciones más grandes, como en tantas sociedades, por eso no extraña enterarse de que gran parte de sus ceremonias religiosas se dirigieran a dioses que tenían que ver con el rayo y el trueno, probablemente para tener lluvia, esencial para tener buenas cosechas y asegurar la vida.

Veneraban al sol y le rendían culto a los antepasados, por eso solían enterrar a los muertos junto a las casa.

Las celebraciones religiosas se hacían en adoratorios al aire libre.

En cada pueblo todos iban a las celebraciones donde se bailaba (era una forma de rezar con el cuerpo) y se tocaba ocarinas y pincullos, se tomaba chicha y aloja y se sacrificaban llamas.

También había algunos sacrificios humanos, de chicos de poca edad.

Cada pueblo tenía un "hechicero" que se ocupaba de las ceremonias y también de curar a la gente con yuyos y otros remedios y con prácticas mágicas para sacar el mal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una mirada a los pueblos originarios

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